martes, 26 de noviembre de 2013

Maternidad

Con la miel en los labios. Así me voy a quedar. Llevo años ya con una necesidad que me creció en las entrañas, en el mismo lugar donde se aloja la vida que crece. Y esa necesidad o deseo, se me escapa de las manos. Cuando alguna vez he comentado mi querencia por ser madre nuevamente, generalmente me tachan de loca. Hace un par de años en una conversación entre mujeres sobre este tema, había una doctora que comentaba que a determinada edad ya no se puede ser madre aunque la naturaleza aún te lo permita. Opinaba que el cuerpo ya no responde de la misma forma, que carecemos de energía para criarlos y que ella desde luego, no se sentía capaz. Yo sin embargo, mientras la escuchaba, pensaba todo lo contrario. No solo me siento capacitada y con la energía suficiente para criar un hijo sino que incluso en estos momentos, que evidentemente lo hacen imposible, yo siento mi cuerpo como lo he sentido siempre, lleno de vida y de deseos. No me siento en posesión de un cuerpo agotado, ni con la mente afincada en ninguna edad sino todo lo contrario. Siempre he tenido la sensación de haberme detenido en la juventud pese al paso de los años. Y cuando imagino que podría darse el caso de que un nuevo ser volviera a crecer en mi vientre me inflamo de ternura. Le daría la vida, sin duda, pero sé que él multiplicaría la mía.

Ahora, parece haberse detenido el tiempo en un porvenir más que dudoso. Lo que mi cuerpo empezó a recibir hace unos meses detuvo mi menstruación. El médico del abrazo amoroso me preguntaba el otro día si tenía sofocos. Y le dije: No, no estoy menopaúsica si es lo que quieres saber. Es solo esta química que afecta a mi ovulación y a otras tantas funciones que se han paralizado en mi. Le comenté que era como un jarro de agua fría sobre mis deseos de ser madre y entonces me preguntó si tenía pareja. Le dije que no y nos echamos a reir pero también le dije que no era necesario tener pareja para ser madre. Yo fui madre con pareja y fue tanto como no tenerla, así que no la necesito para este sueño. Ente otras cosas porque ni siquiera pretendo reclamarle nada a nadie. Aún así y para sorpresa mía, tropecé con alguien cuyas neuronas deben estar tan desubicadas como las mías y que se atrevió en un instante de irreflexión, supongo, en compartir mi sueño.  Porque al fin y al cabo, todo este desear no es más que un sueño que me gusta soñar. Y siempre agradeceré que por lo menos, no lo manchara con la locura que lo hacen los demás rompiendo la ilusión en mil pedazos.

Y es que soñar... Habré muerto el día que no tenga sueños. Y por ello me deleito pensando en el placer de tener nuevamente un bebé entre mis brazos. Rememoro la placidez y la dicha que te proporciona el contacto infantil. La felicidad y la emoción que te produce observar su sueño. Ver algo tan pequeño y a la vez tan grande,  tan frágil y a la vez tan fuerte. Volver a sentir como se me escurre la vida entre las piernas para ofrecerle a partir de ese momento, la luz de cada nuevo día. Sentir el primer contacto de piel con piel que convierte un quirófano en un paraiso. Imaginar lo que imaginé siempre y no tuve porque se quedó en promesa no cumplida de un padre, la mecedera en la que acunar mi sueño junto al de mi hijo. Disfrutar del balbuceo que acaba convirtiéndose en palabra, del traspiés que se convierte en paso firme, de la sonrisa que da paso a la risa y después a la carcajada. Sentir el corazón estrujado ante su llanto, dolérsete el alma cuando se siente herido. Escuchar los te quieros que nacen de su corazón, sentir como te inundan de felicidad sus abrazos, envolver sus días de ilusión. Y crecer, crecer con él y junto a él.

La miel en los labios...

lunes, 25 de noviembre de 2013

Un poco de bisexualidad

Creo que ha sido hoy cuando he leído un artículo relacionado con la bisexualidad. Como artículo que era, no podía explayarse demasiado pero aportaban algunas cosas curiosas además de los sentires de algunos bisexuales. Hacían también referencia a Freud, que no sé muy bien porqué es necesario nombrarlo en según qué casos. Como si la sexualidad entendida fuera de los cánones habituales, léase heterosexualidad, tuviera que apoyarse en las palabras de alguna eminencia para darle así cabida en la sociedad como algo lícito. Vamos a seguir el ritual. Decía Freud algo así como que todos somos bisexuales en potencia y yo particularmente sin haber leído a este señor y desconociendo su planteamiento, en esto por lo menos, le doy la razón. Si me preguntan por mi orientación sexual, debería contestar heterosexual puesto que esas han sido mis relaciones pero para ser honesta, siempre dudo sobre si esa es la respuesta correcta. Si no he diversificado mis relaciones sexuales es porque no he encontrado una mujer que me satisfaga hasta el punto de tener una relación con ella, pero no porque las descarte. Si preguntas a los demás y planteas la opción de la bisexualidad en muchos casos se sienten ofenfidos sin saber muy bien qué es lo que les resulta tan molesto. ¿Acaso eres más o menos persona porque te guste alguien de tu mismo sexo? ¿Lo que valoras del sexo contrario, está reñido con el tuyo? En algunos casos, tengo claro que si pero en la mayoría, lo dudo bastante. Sin embargo, muchos se irritan como si les estuvieras faltando al respeto con la pregunta.

En el artículo lo que me ha llamado la atención es que un chico hacía la siguiente pregunta: ¿cuantas chicas querrían tener una relación con un chico bisexual? No sé... ¿Yo? Supongo que está asumiendo a priori algo que desconozco porque al fin y al cabo que una chica (heterosexual) se enamore de un chico bisexual entra dentro de lo normal, digo yo. Es como si te preguntan: ¿cuantas chicas querrían tener una relación con un chico carpintero? Pues hombre, hoy es carpintero pero antes lo mismo fue electricista pero el chico sigue siendo el mismo si es que te gusta como persona. Mañana puede ser nuevamente electricista y quizás a ti te siga gustando aunque te dé calambre pero también es posible que él decida ser carpintero toda su vida si está a gusto. ¿Piensa la gente acaso que por el hecho de que te puedan también gustar las personas de tu mismo sexo se abandona al sexo contrario por una cuestión de necesidad fisiológica o similar? No sé, quizás me estoy metiendo en un jardín que me resulta desconocido. Quizás cuando el chico planteaba la pregunta no se refería a una relación amorosa sino a un contacto sexual, pero aún así, tampoco veo el problema por ningún lado. No creo que te vayas a sentir peor follada por el hecho de que el chico sea bisexual. No sé, la pregunta me ha resultado chocante del todo y se me quedó bailoteando en el cerebro pero supongo que si la plantea es porque le ha supuesto algún problema. No solo planteaba la pregunta asumiendo que serían pocas las chicas dispuestas a una relación de ese tipo sino que planteaba el hecho de que en el caso de que accedieran, luego se tenían que enfrentar a las opiniones de la familia, los amigos o el trabajo. No sé, joer, yo no voy con un cartel colgado cada vez que tengo una relación con alguien para que mi familia, amigos o compañeros de trabajo sepan cuales son las orientaciones sexuales de mi pareja. Pero vamos, en el caso de que se supiera, ¿porqué dejar que te afecte lo que opinan los demás?

Quizás yo vea las cosas muy sencillas y en realidad no lo son. Lo único que sé o que creo, es que lo que no es sencillo es mantener las relaciones y esa complicación no está relacionada con la inclinación sexual de cada uno sino con "tú y yo" como personas.

Y a todo esto. Lo mismo he tenido alguna experiencia con algún bisexual y ni siquiera me he enterado. A ver si puede ser que algún día nos libremos de las etiquetas.

Autoestima





Tonight



Te sueño, claro. Es lo único que me dejas...






domingo, 24 de noviembre de 2013

Desde hace unas horas... Javi

¿Quién es Javi? Pues tan solo un chico que se ha cruzado en mi camino para convetir esta tarde-noche en una delicia. Hace algo más de un mes hice mi primer curso de Reiki porque necesitaba de esa terapia a diario y de esta forma podía aplicármela yo misma. Lo hice no solo por mi necesidad sino también porque quería poder regalar sus beneficios a los demás. Tras este primer mes tenía que hacer el proceso de reiniciación y mi maestra me dijo que hoy podía acercarme a hacerlo porque iba a dar otro nivel I a otras personas de forma que la iniciación o en mi caso reiniciación podía hacerla con ellos. He llegado cuando ellos ya estaban terminando la parte teórica y me ha sorprendido ver que había dos chicos. Hasta la fecha todas mis experiencias con el reiki habían sido con mujeres, algo que por otra parte, me resultaba como mínimo, curioso. Me he sentado con ellos tratando de no molestar puesto que lo contado yo ya lo había escuchado. Ellos eran tres y conmigo hacíamos la combinación perfecta para hacer dos grupos en la práctica. Al poco de llegar creo que ya supe quien iba a ser mi pareja aunque dejé que el azar o el interés que demostraba Javi, decidieran por mi. Y llegado el momento, mi compañero de prácticas estaba a mi lado argumentando que él se venía conmigo porque yo ya tenía experiencia. Y claro, le sonreí o nos sonreimos. 

El auto-reiki es toda una experiencia que no creo que abandone nunca pero es mucho más placentero aplicárselo a otros o que otros te lo apliquen. Convertirse en canal a través del cual circula la energía y posarla con tus manos en el cuerpo de otro para que la transforme en beneficio físico y psíquico es para mi todo un privilegio que no dejo de agradecer cada día. Siempre he dicho que esa energía que me es otorgada yo la envuelvo de amor y es así como la entrego. Nunca lo había puesto en práctica con un hombre pero teniendo en cuenta que hay hombres que a mi me llenan de ternura y Javi era uno de ellos, pensé que sería tremendamente especial y facil así que se tumbó y en todo momento y con cada nueva posición de manos le fui traspasando todo lo que yo recibía y todo lo que yo tenía para ofrecer. En la camilla de al lado, el chico que recibía el reiki de su compañera de prácticas, se quedó dormido y roncaba plácidamente mientras recibía su sesión. Javi no llegó a dormirse. Estaba igual que yo, disfrutando de la experiencia sin perderse ni una sola de las sensaciones que se pueden experimentar. El calor que siente uno en sus manos y el otro en su cuerpo, el fluir de la energia de uno a otro, genera un vínculo muy especial. Por un momento el universo nos convierte en uno solo y es tan fascinante que aún en ese estado de relajación profunda que se alcanza, lo mejor es disfrutarlo con todos los sentidos posibles. En mis manos puse todo el amor y toda la bondad que he reunido a lo largo de mi vida y con ellas recorrí el cuerpo de Javi esperando que todo aquello le sirviera para algo. Cuando mi sesión terminó me acerqué a él y le susurré a su oído preguntando si se había dormido. Se incorporó despacio, me agarró de la cintura y me dijo: ha sido fantástico. Le sonreí y me aparté.

Las prácticas no terminaban ahí. Ahora nos tocaba recibir a los que antes dimos y Javi estaba deseoso de dar y preocupado porque era su primera vez y quizás no lo haría bien. Pero el hechizo no se había roto. El vínculo estaba creado y ahora pienso, pasadas las horas, que el vínculo ya nunca más se rompre. Me tumbé. Me preguntó si utilizaba la respiración o algo mientras que hacía la sesión y le dije que no. Osea, que hay que dejarse fluir, me dijo. Y Javi, fluyó. Me dió todo y más de lo que yo le había podido dar a él. Ponía sus manos sobre mi a veces con la delicadeza de las caricias jamás olvidadas, casi sin rozarme y podíamos sentir en la conjunción mano-piel el calor del bienestar, del placer, del saber que todo estaba bien. Y yo pensaba: qué persona enferma no sana con esto. Una sesión de reiki siempre es algo muy especial pero sin duda, como ya había comprobado en otras ocasiones, no siempre se viven igual y esta sin duda, parecía ganarle la batalla a todas o por lo menos, tenía los suficientes matices como para ser una de las más especiales vividas hasta el momento. Cuando Javi terminó se acercó a mi irradiando cariño y yo me senté, le dí un beso junto con las gracias y él me lo devolvió con otro.

Así terminaron las prácticas y luego las comentamos entre todos puesto que para ellos era su primera vez. A mi me gusta ver como la gente se sorprende la primera vez. Igual que a mi me pasó. Javi dijo: yo es que la he dado con todo el corazón. Y le sonreí pensando: es que así es como se dan, con el corazón. El curso terminó, se incorporó una nueva persona, charlamos de unas cuantas cosas, nos intercambiamos los sitios y en un momento dado le pregunté a Javi si había tenido otras experiencias con el reiki y resultó que no. Hoy había sido su primera sesión recibida y dada. De esta forma mi dicha fue aún mayor. Era todo un honor para mi haber sido la primera persona que le descubría el reiki porque sé que eso nunca se olvida y más porque sabía que lo había disfrutado.

No acabábamos de marcharnos de allí. Siempre se necesita un poco de tiempo para volver a la realidad, retomar las pulsaciones normales, salir nuevamente al mundo... y Javi se sentó de nuevo a mi lado. El vínculo nunca se rompe. Quzás no nos veamos nunca más pero el vínculo seguirá existiendo. Pasó su mano por mi espalda y me acariciaba el cuello mientras hablaba conmigo pero yo no fui capaz de demostrarle más amor, aunque siempre se lo tenga. En eso, él me aventaja.

Tengo una gran suerte. Desde hace unos meses, la gente que se cruza en mi camino tiene un encanto tan especial que consiguen hacer de mis días un viaje extraordinario. Hemos comentado la experiencia un poco más en privado porque Javi me apuntó su tlf en una tarjeta que me dio mi maestra de reiki y sin duda, cualquier cosa escrita la hemos vivido a partes iguales en igual intensidad con la diferencia de que él dice que me eligió a mi y yo sé que antes de empezar nos habíamos elegido los dos.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Intuición y Razón

Cuando uno se dedica a reflexionar sobre alguna idea, acontecimiento o sentir puede que la razón te aporte un rápido resultado pero también es cierto que en ocasiones, la reflexión o el razonamiento no encuentre algo sólido y fiable que nos permita llegar a buen puerto y determinar así una forma de actuar ante las cosas que nos resulte fiable y con el fundamento suficiente como para adoptar una actitud adecuada que no nos deje lugar a dudas. Es más, cuando la reflexión se alarga en el tiempo, el trabajo al que sometemos a la mente nos puede llevar a la saturación, al estrés, al agotamiento psíquico, a la afectación física por la preocupación constante y en estos estados es más que probable que el resultado de nuestro razonamiento, aunque creamos haber llegado a él no sea el más adecuado.

La intuición es otra forma de reflexionar en la que nuestra mente trabaja sin necesidad de someternos al desgaste psíquico-físico puesto que la reflexión se realiza en el inconsciente utiizando los mismos elementos que cuando tratamos de razonar (experiencias, sensaciones, respuestas). El análisis de todos aquellos elementos necesarios que darán sentido y un resultado óptimo a nuestras preocupaciones llegará cuando el inconsciente haya procesado todo y concluido con una idea que nos será comunicada.

Estaba buscando por la red a propósito de esta entrada y me he tropezado con un artículo de El País que explica mucho mejor que yo las ventajas que la intuición nos ofrece, así que para qué explayarme yo en contarlo:


Me ha parecido perfecto no solo por lo que de explicación tiene sobre la forma de trabajar el cerebro para ofrecernos una respuesta en forma de intuición sino porque plantea en su parte final la manera en la que se plasma en la consciencia la respuesta y que está muy relacionada con una técnica extraida del libro que me recomendó "el médico del abrazo amoroso" y que llevo un tiempo poniendo en práctica con respuestas que en algún caso me han resultado sorprendentes. En ese yo anterior a este otro yo renovado  invertía mucho tiempo en el razonamiento consciente de todo lo que acontecía a mi alrededor pensando que las intuiciones, corazonadas o como las quieras llamar, cuando llegaban, me parecían más el resultado de mis deseos que el resultado de ningún análisis y por tanto, me exprimía mentalmente tratando de encontrar otras respuestas. Respuestas que en muchos casos fueron contrarias a la intuición y a su vez, totalmente desacertadas. En estos meses de incesante búsqueda de información, de ebullición mental de ideas nuevas he dejado al subconsciente la tarea de separar el grano de la paja. El trabajo tampoco estaba programado ni realizaba muy conscientemente las tareas con la finalidad de alcanzar alguna verdad pero lo cierto es que por la razón que fuere, los días se organizaban de tal forma que propiciaban en todo momento resultados positivos. Podía estar leyendo artículos, libros, viendo documentales, vídeos, rebuscando algo más sobre ideas que parecían importantes pero siempre había un momento al día reservado para la desconexión total con el exterior y me encerraba con el ordenador y los cascos para hacer alguna meditación guiada que me transportaba a lugares casi imposibles, me permitía vivir sensaciones casi desconocidas y me devolvían al mundo con una relajación mental y física que me invitaban a repetir la experiencia a diario. Creo que esto favorecía que en la noche mi mente trabajara en ese separar el grano dejando la mejor impronta del conocimiento grabada en el consciente y que las mañanas fueran la constatación de que el camino era el adecuado porque el mundo a mi alrededor se reorganizaba de forma más placentera y los hechos, las cosas, la gente, los días, tenían un brillo distinto y a mi me generaban un bienestar que no sé si he sentido en alguna ocasión en mi vida.

He aprendido que la intuición es la mejor consejera. Me he librado de tensiones y doy tiempo al tiempo para el análisis inconsciente y la respuesta correcta porque he descubierto que al final, la respuesta siempre llega y vivir despreocupada con la certeza de que las soluciones llegarán cuando sea el momento adecuado es el mejor regalo que me he hecho a mi misma. Cierto es que las intuiciones a veces también se tambalean con los hechos diarios que vivo pero cuando esto sucede trato nuevamente de poner en calma la mente y dejar que los hechos se incorporen como un dato más a tener en cuenta y esperar nuevamente la respuesta de la intuición. Sin prisas.

martes, 19 de noviembre de 2013

Always The Sun

Al salir hoy de casa el día me regalaba una resplandeciente jornada que no esperaba y me he dicho: Empezamos de puta madre. Tenia una cita con la química que no me apetecía nada pero los rayos de sol se convertían en aliciente durante el trayecto y entré en el hospital con su brillo en la mirada, la sonrisa en el rostro y la alegría en el corazón.

El médico me esperaba con la analítica del día anterior impresa y por una vez, le he visto satisfecho y contento. No sé cuantas veces me ha repetido el "muy bien" pero lo mejor para mi ha sido que la vez anterior le pedí que me dejara por mi cuenta recuperar mi sistema inmunológico y evitarme así las inyecciones que a él tanto le gustan. Aunque no muy convencido, accedió y hoy le he demostrado que la medicina tradicional, no lo es todo. No hace falta dañar para recuperar. El nivel de neutrófilos con las inyecciones pasó de 3,6 a 5,2 y luego a 7,2. Sin inyecciones, hoy lo tenía en 7,9 y me he evitado el dolor articular y muscular que me producían. Mi cuerpo y mi yo, lo hemos agradecido y eso que el fin de semana habia sido un poco ajetreado y había sacado los pies del plato en unas cuantas ocasiones. Él dice que es porque mi cuerpo estaba muy debilitado por la quimio y ya se encuetra mejor. Claro, para tí la perra gorda. Como si hubieras dejado de darme la quimio. A él no le interesa nada de lo que hago y a mi me interesa poco lo que me dice. Lo demás sigue mejorando y mucho. Yo miro los análisis y decido donde he de poner el foco de atención. Para la siguiente vez voy con otra propuesta, a ver que me dice. Me gusta más esto de seguir mi propia intuición porque creo que da más frutos.

Me encanta este devenir de los días. El final de la historia cada vez más cerca.

Hoy el día se lo merecía y lo repetimos:

The Stranglers - Always The Sun (1986)

lunes, 18 de noviembre de 2013

Eres un campeón

Estoy encantada de la vida. Mi ex ha decidido casarse nuevamente, algo que ya se barruntaba en el ambiente. Los que ya no están tan encantados son sus hijos, que a la vez son los míos. Y es que han sido los últimos en enterarse. Sí señor, así se hacen las cosas. En tu línea siempre. No creo que yo decida volver a casarme nunca más pero en el hipotético caso, si con alguien hablaría primero y a solas, es con mis hijos. Creo que se merecen ser tenidos en cuenta y aún a sabiendas de que no pondrían ninguna objección, qué mínimo que escucharles. Pero tú no, claro. Con lo cual vuelves a dejarles patente tus prioridades. Y no solo son los últimos en enterarse sino que la noticia se la dan "la parejita feliz" lo cual coarta bastante la libertad para expresar cualquier sentimiento o duda. Cuando mis hijos se enteran por un whatsapp de que han sido los últimos en enterarse y se quejan por ello, su padre les dice que han sido los únicos que se han enterado en directo. De chiste, vamos. Solo faltaba que les hubieran dado la noticia por whatsapp también.

En fin, que mucha felicidad os deseo. Ahora, los temas relacionados con mi ex y mis hijos ya tienen una voz más que no solo opina, sino que impone. Pero bueno, eso ya lo he vivido últimamente y por esa razón, el que tenía que pasar la pensión alimenticia para sus hijos cambió de opinión y decidió que mejor no me la pasaba. Como si el dinero fuera para mi.

Pues eso, que enhorabuena campeón. It's all right.

Como dice la psicóloga con la que hablé un tiempo: Emociones expresadas, emociones superadas. Fin.

Tardes de paseo y reflexión

Naturoterapia. Así es como denomino yo a ese acercamiento a la naturaleza que me renueva y que no es la acepción clásica de la palabra aunque para mi este envolverme de olor a campo, de colores verdes y ocres, de ese evadirme de lo urbano, tiene los mismos efectos que el mejor de los medicamentos. No tengo que irme muy lejos. Enfrente de mi casa hay un pequeño monte de pinares, no tan bonitos como los albares que crecen apiñados luchando por los rayos de sol y que te envuelven y te esconden pero lo suficientemente tranquilo y solitario como para que a mi me sirva de refugio. 

Cada vez me resulta más asfixiante este vivir rodeada de asfalto, de contaminación, de tráfico incesante, de caras crispadas, de tiempos perdidos en ir y venir. Así que aislarse por unas horas, silenciar el hartazgo y tener tiempo para pensar, para calmar, para musicalizar el día me devuelve a la realidad con ganas renovadas. 

Estoy cansada. Sigo sin tener muy claro que esta agresión a la que someten mi cuerpo sea la mejor forma de sanarse y una vez más me he replanteado el tomar las riendas por mi misma, hacerle caso a la intuición, dejar a un lado los venenosos remedios y confiar en la propia capacidad del cuerpo humano para superarse a sí mismo. Sin embargo, me vuelven a frenar los miedos de los demás incluso el de aquellos que ofrecen otras terapias como el "médico del abrazo amoroso". Un médico que he visitado ya en dos ocasiones y que cuando terminó su carrera decidió seguir un camino distinto y ampliar conocimientos por vertientes que sólo unos pocos de la medicina tradicional consideran dignas de ser tenidas en cuenta y sin embargo, yo creo que esas técnicas que no sólo recogen el estado físico del cuerpo, sino también una preocupación por los desencadenantes, por el estado mental que es en gran medida el motor del volver a la vida, son los aspectos más importantes para abordar cualquier enfermedad. La primera vez que fui a verle me hizo un amplio interrogatorio sobre mi vida, sobre mi estado de salud en general y sobre como estaba afrontando este "episodio" y lo primero que me recetó fue un libro con lo que yo empecé a encantarme con él. Evidentemente, salí de allí con algún tratamiento más además del que personalmente te hacen en la consulta pero el libro me pareció el mejor de los regalos. Es como cuando alguien me regala una canción y yo me siento más feliz que si me hubieran regalado el mayor de los tesoros. El médico me sorprendió en la primera cita porque después de pasar un rato en el que le debieron de resultar divertidas algunas de mis ideas sobre mi vida o sobre como había afrontado algunas cosas, al despedirse me dio uno de esos abrazos de los que hace unos días escribía y yo me sentí un poco desconcertada. Hace unos días, en plena crisis sobre el mejor camino a seguir, tenía nuevamente cita con él. Le agradecí el libro que me había "recetado" y le expliqué lo que rondaba por mi cabeza con respecto a mi tratamiento en el hospital. Pero él levantó el último informe médico que le llevé y me dijo:

- ¿Has visto esto? 
- Si. Está bien, ¿no?
- No, no está bien. Esto es espectacular. Sigue el camino que estás siguiendo porque lo estás haciendo fenomenal. No dejes el tratamiento pero sigue abordando todo como lo has hecho hasta ahora porque todo lo que haces está reflejado aquí. Cuando todo pase, no te preocupes, que nosotros te cuidaremos para que te recuperes sin dejar rastro en tu cuerpo.

Por fin alguien de la rama médica demostraba cierto entusiasmo por mi recuperación. Cuando me marché, recibí un nuevo "abrazo amoroso". Como un chute de energía positiva que me hizo levitar lo que restaba de día.

Estas, entre otras, son las cosas que rememoro y sobre las que reflexiono en mis tardes de paseo.


Pienso además en aquellas cosas que hago, en como las vivo y me enfrento a ellas. Me doy cuenta de que la vida me sale al encuentro con situaciones del pasado quizás para saber si la experiencia me ha servido de algo. Y me desespera darme cuenta de que no es así. De que vuelvo a quedarme atrapada en algunas situaciones que no sé como manejar y que ese no saber y no entender, me agota mentalmente. Creía que había  aprendido a despegarme y no ha sido así por lo que tanta terapia mental a la que me he sometido solo me ha valido en algunos aspectos y mientras que no sea capaz de cambiar en todos tampoco seré capaz de sanar.

Llegan los días grises, el frío y las lluvias y con ellos se me escapa la posibilidad del deambular por el silencio. El cielo ya barruntaba el cambio en el último paseo que di. Una vez más, he decidido apartarme de la vida social. El fin de semana ha tenido demasiadas actividades, todas ellas placenteras pero sé que aún necesito tiempo. Tiempo para cuidar de mi, tiempo para enraizarme en el nuevo camino, tiempo para calmar la mente. Escaparse un día, está bien. Saltarse las normas de vez en cuando es incluso necesario pero ocupar la agenda en exceso aún no es posible y yo aún tengo una prioridad por encima de todas y esa prioridad soy yo. Lo demás llegará a su debido tiempo y yo lo recibiré con los brazos abiertos.

Estaba empezando a perder la costumbre de ponerle música a los posts y a mi me gusta abrigarlos con un poco de calor musical. L'Avenir es uno de mis últimos descubrimientos. El proyecto de un músico de Baltimore, Jason Sloan,  cuyas influencias no podían dar mejores resultados. Dark Sound for a Dark Day.

L'Avenir - The Wait (2013)

jueves, 14 de noviembre de 2013

Decir Pedraza... (Editado)

Parece que ya está aquí de nuevo la Navidad, pero no pienso pronunciarme al respecto porque todos los años suelto los mismos improperios y este año ni siquiera eso apetece. Por otro lado, pienso vivirla tranquilamente encerradita en "mi" casa (por suerte se acabó el estar de prestado como el año pasado y volvemos al calorcito del hogar) y espero que la navidad me roce poco. Digo que parece que ya está aquí porque he visto el anuncio del sorteo de la lotería de navidad y nada más verlo, reconocí donde se había grabado. 

Decir Pedraza es decir sueño y magia.

Es evocar el encanto que tiene la sensación de sentirse transportada a otra época al pasear por sus callejas y es también, el encanto del recuerdo. Del pasear cadencioso con ojos de ensueño, del socavar las piedras que tantos siglos y pies erosionaron, del recuerdo de la luna mecida al son de violines, del dejarse llevar por las melodías y los sentidos, de la noche nupcial de unos y del magnetismo de otros, de sonrisas y miradas, del abandonar los tacones y embarrar pies y medias con el caliente sopor del alcohol y el corazón ardiente por tu presencia, del amanecer triste por tu ausencia, del querer y no poder y de la dicha del retorno. De noches estrelladas que respiramos al acorde de cuerdas. De caricia de velas.

Decir Pedraza es decir sueño y magia.


EDIT - Esta Navidad me gusta más. Mucho más acorde con lo que me produce.

 

lunes, 11 de noviembre de 2013

El momento de ir contando...

No sé muy bien en que momento ocurrió, solo sé que un buen día me di cuenta de que estaba recorriendo un nuevo camino y que este me estaba esperando para que lo hollara con paso firme. Descubrir que no me estaba equivocando fue sencillo porque de repente, a cada paso, había un regalo esperándome y aunque al principio pensé que se trataban de casualidades, acabé por comprender que las casualidades no existen, que todo ocurre por una razón y estos regalos-casualidades me invitaban a seguir caminando por el mismo sendero. Son tantas las cosas recibidas y descubiertas en tan poco tiempo, que muchas de ellas aún levitan en mi cerebro sin acabar de posarse y establecer un nuevo entramado neuronal. Pero cada una de ellas encierra una verdad, una actitud, un orden. Y sé que finalmente todo acabará por encajar, todo acabará siendo y yo volveré a ser de nuevo.

Descubrí que me había arrastrado por mi vida olvidándome de mi, mirando siempre hacia afuera, quejándome del mundo y sus estructuras, quejándome de la gente y de sus escrúpulos o de su falta de ellos. No sé, podría enumerar muchas equivocaciones fruto de los estimulos que recibía del exterior y que mis sentidos devolvían a mi cerebro sin que allí fueran debidamente interpretados.

En esta ocasión he hecho el trabajo a la inversa. Comprendí gracias a otros que el trabajo comienza en uno mismo, que era necesario mirar en mi interior antes de volver a salir fuera. Y me encontré con un "yo" muy distinto del que yo creía. Otro yo que también estaba esperando que algún día me fijara en él, un yo que me ha cuidado como ha podido durante mi vida pese a la indiferencia que le demostré y que me enfermó para evitarme sucumbir. Esa fue la forma en la que consiguió que yo tomara conciencia de él y le escuchara. Ese otro yo vive en cada uno de nosotros. Es el yo que nace con nosotros y que abandonamos para construir el ego en su acepción psicológica, fruto de las experiencias y sus consecuencias. Nos apartamos de él inconscientemente y seguimos el rumbo que nos marca el que parece ser más listo. El yo que nos es legado de fábrica no sabe de otra cosa más que de amor y agradecimiento si creció en un útero deseoso de darle vida. No está contaminado por nada. Se preocupa de mantenernos con vida y nos abandona cuando nuestro cuerpo muere sin que en muchos casos nos hayamos preocupado por conocerle. A veces, habiendo incluso olvidado que existía.

Yo le encontré esperándome y llegar a él también fue un cúmulo de experiencias a tener en cuenta. Guardaba la esencia de mi misma como un gran tesoro, me devolvió a la infancia feliz y despreocupada que viví y desde su mirar, empecé a reorganizarlo todo. Aprendí así a quererme y a querer a los demás con otros ojos y con otro corazón. Y todo cambió a mi alrededor. Dejar que te guíe es una experiencia de lo más placentera y sabes que está a tu lado cuando te reconoces en actuaciones que en otro momento hubieran provocado reacciones totalmente contrarias. A mi me sirve de escudo. 

Un día explicaba que el mal genio de la gente, o la mala hostia con la que algunas personas te reciben a mi me genera una reacción totalmente distinta a la que me generaba antes. Respondía a la mala hostia con mala hostia porque no creía ser merecedora de ese trato. Ahora, pese a seguir creyendo que no lo merezco, no me genera mala hostia por el simple hecho de que no me afecta. Les miro y pienso: es una pena que estés cabreado con el mundo y te salga el cabreo por la boca de forma indiscriminada, pero yo me siento feliz y no vas a derribar mi felicidad con tus malos modos. Simplemente no me alteran lo más mínimo y lo cierto es, que esa no-alteración provoca en muchos casos que la gente se sienta ridícula e incluso culpable por pagar contigo los platos rotos. Tropezarse con una palabra amable o con un trato agradable, acaba por desarmarles a ellos. Creo que a la persona que se lo traté de explicar no lo entendió o no le pareció que fuera el proceder correcto. Lo cierto es que una situación de esas a mi podía antes amargarme el día o por lo menos unas cuantas horas cuando en mi vida no había motivo para esa amargura y ahora quizás, consigo que los demás dejen de estar amargados, por lo menos durante un rato o por lo menos, mientras que están conmigo. Y si no salimos ganando los dos, yo por lo menos, sí.

La consecuencia de todo este orden nuevo es que en esencia sigo siendo yo, pero mi actitud frente a las cosas es bastante distinta. Y cierto es también, que aún hay veces en las que tengo el impulso de soltar espumarajos por la boca pero en cuanto empiezo, me doy cuenta de que ese ya no es el camino porque ese otro yo que me guía hace saltar una alarma que me frena y esto antes era impensable en mi. Testigos de ese no parar los impulsos podrían salir unos cuantos.

Notar el verdadero cambio lo nota quien me conoce realmente bien y que a decir verdad, creo que es una única persona. Los demás..., bueno. Tampoco han tenido ocasión. He vivido encerrada de cara al mundo que conocía y he vivido todo esto rodeada de nuevas personas que aparecieron en el camino. Mi única conexión con el ayer solo se la permití a quien estuvo, está y estará siempre a mi lado. La amiga que mientras que yo estuve dando la espalda a ese yo recuperado me sirvió de guía durante tantos años y que ahora dice que soy yo la que le estoy enseñando cosas. Ojala te sirva de algo porque yo tengo tanto que agradecerte...

Experiencias estoy viviendo muchas. Algunas realmente sorprendentes que no sé muy bien como explicar y que seguramente si tratara de hacerlo, me dirían que me estoy volviendo loca. Pero no he estado ni más cuerda ni más feliz en mi vida. Y por supuesto sé que todo esto traerá consecuencias, las que estoy viviendo y las que han de llegar porque sé que cosas y gente se quedarán en el ayer. Unas por decisión propia y otras, porque no entiendan o no les interese mi nuevo yo.


domingo, 10 de noviembre de 2013

Abrazo

No creo que se necesite a los investigadores para esto. Si no lo has sentido es porque no has puesto nunca el corazón cuando has tenido a alguien en tus brazos o no te han abrazado de corazón. O quizás no has tenido una adorable mascota, o no has vivido la gran aventura de la maternidad o simplemente no tienes buenos amigos aunque yo apostaría a que si no lo has sentido, es porque no tienes corazón ni siquiera para ofrecer un abrazo de más de tres segundos.

El abrazo es a veces más terapeútico y fascinante que el mejor de los besos. Mi reino por un abrazo!!!

La duración media de un abrazo entre dos personas es de 3 segundos. ¡Pero los investigadores han descubierto algo fantástico! Cuando un abrazo dura 20 segundos, se produce un efecto terapéutico sobre el cuerpo y la mente. La razón es que un abrazo sincero produce una hormona llamada "oxitocina", también conocida como la hormona del amor. Esta sustancia tiene muchos beneficios para nuestra salud física y mental, que nos ayuda, entre otras cosas, a relajarnos, a sentirnos seguros y a calmar nuestros temores y la ansiedad. Este maravilloso tranquilizante se ofrece de forma gratuita cada vez que tomamos a una persona en nuestros brazos, que acunamos a un niño, que acariciamos un perro o un gato, que bailamos con nuestro compañero/a que se mantiene muy cerca o alguien que simplemente pone sus manos sobre los hombros de un amigo/a. Hoy en día, tener a alguien en nuestros brazos durante 20 segundos, es el regalo que usted puede hacerse y hacer a los demás. 

Hoy en día, no, por favor. Siempre. Abraza siempre que puedas.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Ave Fénix

Ella socava
en malditos terrones
de oscuros venenos

blandiendo cuchillos
se alza con mieles, temblores, deseos.

Ella socava
con manos de fuego
y saca a la luz
cristales de luna
de luna carbones, 

con cuerpo emplumado
azul esmeralda, 
renace

entre eclipses, mareas

en perlas
renace.

Mª Montserrat Beltran

Hoy he hecho un viaje perfecto.

domingo, 3 de noviembre de 2013

The future

Una chimenea, un gran ventanal que se asoma a la Naturaleza. Gotas de lluvia que curiosean y envidian el interior a través de los cristales. Olor a incienso, a leña ardiente, a la caricia incorpórea e incesante que vive con y entre nosotros. Olor a tierra fecundada por la llovizna. Amor que derraman los objetos, los cuerpos, las melodías que nunca cesan, las hojas húmedas caídas de los árboles, la tenue y cálida luz del hogar, el aire limpio y fresco que nos oxigena. La felicidad del ser y el existir, la dicha de la despreocupación. El deambular satisfecho de cada uno de nosotros ocupado en su quehacer. Os miro, os observo y aspiro profundamente vuestra felicidad que es la mía y con ella, cubro mi desnudez cada mañana. El Universo conspiró a nuestro favor. Todo es como debía y todo seguirá siendo con vosotros. Calor de hogar y humanidad. Amor que se derrama.


Philip Glass - Opening (1982)