Esta, es una de esas noches en las que corre una brisa fresca que se
adhiere a la piel en forma de abrazo húmedo.
Hay un manto de nubes que
se arrastra lentamente sobre mi cabeza y que bailotea alrededor de una
luna que hace un par de días que empezó a menguar.
Como si quisieran
rendirle homenaje, como si de su séquito se trataran, se acercan las
nubes en tropel y la cubren solo por un instante. A modo de saludo, de
abrazo tierno que ella altiva agradece. Y cumplida la reverencia, se
retiran. La siguiente es una nube pequeña que haciendo gala de su
timidez, apenas la roza. Como si aún no se hubiera ganado el derecho al
abrazo e intimidada por el nubarrón que la sigue, desaparece veloz.
Quizás adivinando que el compañero para el que ha llegado su turno ha
sido el elegido para yacer con la dama plateada. Y así, mientras
observo como se funden en largo abrazo, mientras veo como se arrastra suavemente sobre ella para cubrirla de caricias, la noche se torna obscura y yo,
me retiro a soñar con la noche de amor de la gran dama.
Stereo - Somewhere In The Night (1982)