jueves, 9 de enero de 2014

La danza de las neuronas

Es un poco difícil que no me venga a la mente la película de La lista de Schindler cuando escucho este tema pero lo cierto es que procuro dejarme llevar por otras sensaciones que no sean las de la película. Cuando me apetece, siempre voy a buscarlo a Youtube pero hoy pensé que era un poco estúpido no haber hecho el intento de descargármelo para evitarme siempre la búsqueda, así que he ido al soulseek y me he encontrado con el album completo del que no me había preocupado nunca. Apuntado queda el comprarme el CD porque es digno de tenerlo en propiedad. Este es el tema principal pero lo cierto es que hay otros que merecen ser tenidos en cuenta y pese a que el violín es uno de mis instrumentos preferidos junto con el piano, hay una interpretación de este tema con la travesera que suena francamente estupendo. 

Hoy me apetecía esto, el preciosismo del violín. Un poco de melancolía, de balanceo sobre cuerdas sonoras que acunan los sentidos y... dejarse llevar, flotar en el ambiente con la melodía. A veces uno siente como se hincha en su interior de puro goce y esta obra tiene esos momentos de placer, de rememoranza de momentos y lugares no conocidos, de tactos deseados y perdidos, de caricias sostenidas en delicado equilibrio, da vaivén neuronal.

El placer escrito en un pentagrama.





miércoles, 8 de enero de 2014

Regalitos

El otro día me sorprendieron con un par de regalitos. Bueno, en realidad fueron tres, pero es que uno ya casi me lo he comido así que lo he obviado de esta entrada. El Papá Noel musical que los acompaña es prácticamente lo único que en mi casa tenía un toque navideño y es porque a mis hijos aún les gusta esta época del año y algo de lo que había en el trastero había que subir. Años atrás subía varias cajas llenas de adornitos que no costaba tanto ponerlos como quitarlos pero en esta ocasión nos hemos conformado con muy poquita cosa que si bien  no cuesta ningún trabajo volver a dejar en las cajas, lo cierto es que, aún siguen por aquí. Pereza, que se llama.

La plantita que hay en el tiesto es una de esas que ayudan a sanar. Se llama kalanchoe y no voy a transcribir aquí sus beneficios porque ya lo hicieron otros y al que le interese puede darse un paseo por la web del enlace y averiguarlo por su cuenta. Tanto el kalanchoe como la guanábana, originarias de Latinoamérica, parecen tener un efecto beneficioso en los tratamientos contra el cáncer pero claro, no aportan mucho beneficio económico al estamento médico-farmaceútico, así que la investigación brilla por su ausencia y es preferible seguir envenenando o quemando a los enfermos con tal de mantener el estatus alcanzado. Prefiero dejar este tema de lado porque me envenena tanto o más como el tratamiento que me dan. A mi plantita aún tengo que dejarla crecer y espero tener la mano que en otras ocasiones no he tenido, para que crezca con amor y pueda beneficiarme de ella.

El otro regalito es una florecita de hematita, oligisto o Piedra de Sangre como también se la conoce y cuelga de mi cuello desde que me la dieron. También tiene propiedades sanadoras. Son tantas las propiedades que asocian a esta piedra que necesitaría unas cuantas hojas para contarlas. Dicen además que sus poderes están al máximo cuando es portada por los nativos de Virgo, así que más al máximo no puedo estar yo. Entre regalos y cariño no sé que más se puede pedir.

martes, 7 de enero de 2014

Porque no sé amar de otra manera




No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o flecha de claveles que propagan el fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.

Te amo como la planta que no florece y lleva
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la tierra.

Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera,

sino así de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.


Pablo Neruda 




Mais non plus...






viernes, 3 de enero de 2014

Mis dulces de navidad

Pues ya están en casita. El nene, TRECE, y la nena, BRUMA, ya forman parte de la family. De dos en dos, para no variar. Niño y niña, para no variar también. Son tan preciosos y dulces que me los voy a comer. Ya que el azúcar me lo tengo prohibido y que no voy a poder catar el roscón de reyes con nata iré saboreando poquito a poquito, mientras crecen, a estos dos chiquitines que están casi educados ya. Me muero de amor...


Regalito de navidad para hacer más agradables nuestros días. Desde que perdí a mi perra no había vuelto a tener animalitos en casa porque me costaba mucho trabajo. Y durante muchos años he tenido que controlar el deseo de mis hijos por tener una mascota con la que crecer. Pero a mi me costó mucho superar su pérdida y más aún el haber tenido que sacrificarla. Nunca olvidaré su mirada mientras se le escapaba la vida entre mis brazos y me dije a mi misma que no quería volver a pasar por eso nunca más.

Pero bueno, han pasado muchos años. Estos peques estaban abandonados y yo tenía una necesidad. Un poco egoista, lo sé. Porque mis hijos también han tenido esa necesidad desde que eran muy pequeños y yo se la negué. De cualquier forma, ahora están agradecidos y tan encantados como yo. Y sé, que cuando tenga una casa en la que un perro pueda vivir feliz, volveré a repetir. Siempre quise tener un gatito. De hecho, con quince años aparecí con un gatito muy parecido a TRECE pero en mi casa me dieron con la puerta en las narices cuando me vieron con él en brazos y al final, me dejaron pasar una noche con él y salir al día siguiente a regalarlo.  Así que tenía esa espinita clavada. 

Pero sé que un gato no es lo mismo que un perro. Los gatitos son animales caseros y aunque te ofrezcan amor creo que no es comparable al lazo que te une a tu perro. Pero bueno, todo eso ya llegará. Cuando se pueda. Por ahora, TRECE está durmiendo en su cunita-barco y BRUMA está en los brazos de mi hijo. Hemos jugado un ratito con ellos por la casa y les hemos dejado que husmeen y se vayan acostumbrando a su nuevo hogar.

Ahora nos toca a todos acoplarnos a nuestra nueva vida en común. Yo a recordar cuando daba biberones que ahora se sustituyen por pienso y latitas de carne, cambiamos pediatra por veterinario y pañales por arenero. Todo un poco diferente pero similar. Y yo hoy no puedo evitar el recordar a mi perra con un poco de tristeza.

miércoles, 1 de enero de 2014

The First Day: The Song

Esta es la canción con la que siempre me gusta empezar los años y este 2014 con más razón. Un primer día de año que comienza siempre con paso lento y adormilado, con la pereza de la repetición. Hoy es uno de esos días grises y lluviosos que en otro tiempo ensombrecían mi ánimo y que ahora, no tienen ningún efecto en mi. Como otras muchas cosas que derribaban mi voluntad y mi ilusión porque yo caminaba casi siempre en esa cuerda floja en la que la más mínima brisa me hacía perder el equilibrio. Ahora, me hace feliz sentir bajo mis pies un terreno firme donde no hay brisa, ni marea, ni huracán que me desenraice. Si supieras que todo depende de uno mismo..., serías tan fuerte como el roble milenario.

Ayer, último día del 2013 hice algún cambio en mi vida. Nuevo oncólogo, nuevo hospital. Un nuevo médico mucho más atento a mis palabras que por lo menos piensa que cualquier cosa que yo esté haciendo, si me hace sentir bien, debo seguir haciéndola. Y que dijo: yo soy de los que opinan que no hay enfermedad sino enfermos. Y no tuvo que decir más. Porque yo, ni siquiera me siento enferma así que, la enfermedad no tiene razón de ser y acabará por hartarse de mi. Hace poco estuve viendo una entrevista a otro oncólogo que también había abandonado la medicina tradicional (cada vez son más los que no confían en las formas) que decía que solo determinadas personalidades eran capaces de hacer el trabajo necesario para curarse. Y yo pensé sin ninguna duda: pues esa personalidad es la mia. Finalmente, lo de abandonar la quimio se ha quedado en mero deseo personal. Cuando apenas encuentras apoyo y tropiezas con el rechazo de casi todos, es inútil. Porque sé que el miedo de ellos se convertiría en amenaza para mi y de esta forma, cualquier trabajo personal sería un fracaso. Espero que esta última decisión de ese TRECE que ya se fue sea la que ponga punto final al desmadre celular de mi cuerpo.

Y ahora..., me quedo con ese lugar sobre el arco iris desde el que pienso vivir. Cuando esto se aloja en mi mente con unos buenos cascos, todo lo demás es accesorio. Es como esos abrazos que te envuelven haciéndote perder los sentidos.

Si quieres, vente a vivir conmigo sobre el arco iris. That's where you'll find me.

Somewhere over the rainbow
Way up high,
There's a land that I heard of
Once in a lullaby.

Somewhere over the rainbow
Skies are blue,
And the dreams that you dare to dream
Really do come true.

Someday I'll wish upon a star
And wake up where the clouds are far
Behind me.
Where troubles melt like lemon drops
Away above the chimney tops
That's where you'll find me.

Somewhere over the rainbow
Bluebirds fly.
Birds fly over the rainbow.
Why then, oh why can't I?

If happy little bluebirds fly
Beyond the rainbow
Why, oh why can't I?

Judy Garland - Over The Rainbow (1939)