miércoles, 23 de mayo de 2012

Entre pitos y... esperanzas

Los símbolos nacionales que nos  unen a todos no pueden ser ultrajados, decían hoy los defensores de esa... "España: una, grande y libre". Para ello apelaban al código penal tratando de criminalizar la supuesta pitada que tendrá lugar en la final de la Copa del Rey. Estos cachorrillos del  franquismo endiosados porque el gobierno de este país está en sus manos no entienden que una gran parte de la población no se siente identificada con esos símbolos y muchísimo menos consideramos que nos unan a nada ni a nadie. La bandera y el himno nacional me resultan realmente indiferentes, los nacionalismos, ya de paso,  no los soporto y la Casa Real la considero una institución inútil que carece de sentido, tanto más cuando encima debemos de mantenerla con un dinero que no tenemos y para colmo ni siquiera son capaces de demostrar un comportamiento digno de respeto.  Si en un partido de fútbol les pitan, ya sea la Copa del Rey o la Copa de Vaya Usted A Saber Qué, no es más que la manifestación de un malestar o la expresión de un desacuerdo con "los símbolos que nos unen a todos" y como tal, demuestra que unirnos, no nos unen mucho que digamos. Por otra parte, ¿se  merece más respeto el Rey que el árbitro al que pitan en otros partidos? Pues si, parece que sí pese a que yo no he entendido nunca estas distinciones ni he tenido muy claro como se han ganado el derecho a no ser criticados hagan lo que hagan. ¿Pero es acaso la primera vez que le pitan? Pues está claro que no, pero en otras ocasiones no hubo ninguna tiparraca que se adelantara a los acontecimientos y encendiera la mecha antes de tiempo. Esperanzita, eres una joya. Una vez más has demostrado tu ineptitud para manejar ciertos asuntos y personalmente creo que quien debería de estar a puerta cerrada, eres tú misma. Cerrar la puerta y tirar la llave para evitarnos de una vez tu mal hacer y tus comentarios.

Y ya de paso, como hoy era día también para hablar sobre la educación, esa educacíón pública tan nefasta que parece que tenemos, que me digan por favor en que centro elitista han cursado sus estudios tanto el Rey como la Sra. Aguirre porque señores no se dice ni "equivocao", ni "renovao". Vaya tela como hablan de bien, oye.

Por cierto, no me gusta el fútbol. Es más, no lo soporto pero soporto menos aún a los que tratan de coartar las libertades. 

viernes, 18 de mayo de 2012

Nusé, quizás... estúpida reflexión

Desde que naces hasta la adolescencia eres casi ingenuo, ingenuo y medio, y quizás por eso,  feliz.

Desde la adolescencia hasta esa edad indeterminada, según cada cual, en la que asientas medianamente la cabeza pero empiezas a crearte responsabilidades, eres prácticamente idiota y medianamente feliz.

Desde esa madurez alcanzada hasta el encuentro real con uno mismo, no eres nada porque ni lo  piensas.  Te consumen las obligaciones y el tiempo.  Y solo cuando este te deja, añoras la felicidad.

Si tienes la suerte o la  desgracia de encontrarte contigo mismo, desearías ser no prácticamente idiota sino idiota redomado porque comprendes que los tontos, en su ignorancia, viven felices con su verdad aunque  no sea la verdad verdadera. Pero cómo abandonarse a la idiotez si tus engranajes mentales no paran de chirriar... ¿Es preferible la consciencia de la realidad? No lo sé, la verdad. Me lo he pregunatado miles de veces. Uno  no elige venir a este mundo, no eliges ni el momento ni la época en la que aparecer. A cada uno nos toca adaptarnos a las formas y a los tiempos que  nos tocan.  Asumirlo,  aceptarlo y sobrevivir a ello. Pero qué cansado, no? Conseguir cierto bienestar, hacer medianamente placentero el viaje, decidir con la esperanza de no equivocarte, luchar esperando ganar alguna batalla...

Hoy es que estoy un poco cansada. He pasado la mañana en el tanatorio y llevo un par de Alhambras en el body. De esas que te tomas a media mañana y te pilla con pocas energías de forma que empiezas a mecerte en cierto estado acelerado de medio embriaguez que no solo hace que tus neuronas se dejen llevar por esa agüita amarilla sino que ni siquiera me dejan presionar la tecla adecuada y tengo que borrar y reescribir porque se me traban los dedos y el pensamiento. ¿Un pedete lúcido o una verborrea sin sentido? Me da igual.

Mañana seguramente te diré que merece la pena luchar por sobrevivir y por alcanzar los sueños. Hoy, solo me acuerdo del día en que le pregunté a mi madre que para qué coñó me había traído a este mundo (y lo siento, madre, por el daño que te hice). Y es que hay días en los que me gustaría volvérselo a preguntar...

A ver que música le ponemos a esto. Bueno, para mejorar el texto pondremos una frase positiva:

Nadie puede volver atrás y empezar de nuevo, pero cualquiera puede comenzar hoy mismo y hacer un nuevo final.
 
Venga, no hagas caso porque yo estoy haciendo un nuevo final que algún día me tocará valorar pero que siempre será mejor que el que estaba escribiendo en mi pasado.

Cardiacs - This Is The Life  (1988)

lunes, 14 de mayo de 2012

De la mano: una elección

Los años, las experiencias y el observar a la gente me hicieron comprender algo. Las posibilidades de encontrar a alguien con quien desear compartir tu vida y que el proyecto sea un éxito son realmente escasas. En la mayoría de los casos, a lo que podemos aspirar es a compartir una parte del camino. Y bueno..., en algunos casos, que el camino transcurra en una decena de años hasta podría considerarse un éxito. Claro que hay gente que camina una decena de años e incluso más, los hay incluso que llegan hasta el final con la misma persona a su lado. Pero lo cierto es que muchos de ellos caminan por inercia, por miedo a la soledad, por una incapacidad económica ante la separación o por cualquier otro motivo que en nada se parece a un deseo sostenido o a la convicción de que quien está a tu lado es realmente quién tú quieres que esté. Y no hay ilusión en la mirada, ni felicidad compartida sino indiferencia, conformismo, insatisfacción, apatía. Caras inexpresivas, deseos extinguidos, aburrimiento e incluso odio que unos acaban proyectando en el otro por creerles responsables de su infelicidad. Una vez escribí sobre la diferencia entre querer y amar asumiendo que el querer es efímero y egoista. Que el querer es el producto de un espejismo que en un momento dado  nos producen algunas personas porque algo en ellas nos ha seducido. Pero ese algo nunca es la esencia ni la base de la relación y acaba sucumbiendo ante el resto de cosas que no se adaptan a lo que esperamos ver en el otro. De esos te quieros se construyen la mayor parte de las parejas y la mayoría de los fracasos. 

Amar no es más que la seducción del casi todo, tampoco vamos a pedir la perfección para no convertirlo en utopía. No es un espejismo que se desvanece porque no se centra en un algo sino que abarca la personalidad en su conjunto. Es casi tanto como descubrir en el otro a uno mismo y a no ser que no te soportes a ti mismo, lo más probable es que el compartir se convierta en placer porque se percibe el mundo de igual manera y se disfruta de lo mismo. Ir de la mano no se convierte en obligación sino en dicha. Pero cuan difícil es amar... Encontrar otro yo que no convierta la convivencia en un hastío, que no nos obligue a hacer o ser lo que no nos apetece puede acabar por convertirse en un imposible.

Con el tiempo he aprendido a distinguir. Me dejé llevar por te quieros hasta que el precio de los mismos o las consecuencias tuvieron un peso importante en mi vida y quizás por ello, a sabiendas de que podría haber tenido más te quieros con los que darle cierto brillo a mis días, me mantuve alejada de los mismos. Y es por eso, por lo que decidí esperar a un te amo con el que recorrer el camino. Y mientras tanto..., prefiero recorrerlo sola.

The Fountainhead - Someone Like You (1988)