domingo, 5 de agosto de 2012

That's Dream

Hace justo un año que viví una crisis existencial como consecuencia de lo que acontecía a mi alrededor en distintos aspectos de mi vida. Tras unos meses de asimilación y reflexión tomé unas cuantas decisiones que podría resumirlas en algo muy sencillo: cumplir sueños. Un año después, uno de esos sueños que me ha acompañado casi desde que tengo uso de razón y que nunca me decidí a cumplir porque las circunstancias me arrastraban por otras direcciones, se ha hecho realidad.

Vivo al lado del mar.

No es exactamente donde esperaba porque descubrí que algunas comunidades de este país no dan opción de vivir como uno quisiera pero, de cualquier forma, estoy encantada de estar donde estoy. No duermo al arrullo del mar porque no lo tengo a mis pies pero si que lo hago con la caricia húmeda de la brisa que trae aromas salobres para acompañar mis noches. Desde la terraza de mi dormitorio tengo un trocito de mar reservado donde dejo reposar más sueños. Los que han de llegar.

Estoy aprendiendo a caminar despacio y a disfrutar de las horas que aquí parecen tener más minutos. Respiro profundamente cuando me llega el olor de la barbacoa que mis vecinos de enfrente preparan cada fin de semana. Me ilusiona convertir esta casa en mi hogar aunque no sea mia realmente. Deseo egoístamente, que se vayan los veraneantes y quiero disfrutar  de una tarde lluviosa, de tormentas de rayos y truenos, de noches de invierno con sus cielos limpios por los que pasearme con mi telescopio. Me quedan aún tantas cosas por sentir...

Podría sentirme dichosa por completo. Sí, lo sería si no fuera porque una parte de mi corazón, o mejor dicho, dos, se han quedado en Madrid. Pero no es el momento para los malos rollos. Hoy tocaba la dicha de haber alcanzado un sueño.

Mark Lane - That's Dream (1993)