jueves, 27 de febrero de 2014

Insomne

Hoy toca noche sin sueños. No es que me pase muy a menudo porque por suerte disfruto habitualmente de noches placenteras de descanso y sueños que incluso en ocasiones recuerdo, pero alguna vez me toca sufrir el insomnio como efecto secundario de este gracejo líquido que corre por mis venas. Lo que más me molesta es que en varias de estas ocasiones tenía alguna cita planificada para el día siguiente a la que no he podido ir porque mi hora de meterme en la cama coincidía con la hora en la que habitualmente los demás salen de ella. Bueno, pues mañana también tenía una cita a la que no podré ir y además unas cuantas actividades más. Y es que a veces me quedo mirando mi calendario y no logro entender como es posible que esté tan saturado de historias varias casi a diario. Un día, con eso de tomarse con humor la situación, le dije a mi amiga MJ que yo no trabajo porque no tengo tiempo. Al revés que todo el mundo, que no tiene tiempo de hacer nada porque trabaja. En fin, podría tener el calendario más petado aún porque hay cosas que están aparcadas desde hace un montón de tiempo y que hay que hacer si o si. Es más, creo que alguna de ellas hasta las he olvidado ya, así que debería sentarme tranquilamente a rememorar y hacer una lista en un papel para ponerles fecha. Tanto ir y venir me va robando tiempo para ese ocuparse de mi misma del que no debería apartarme.

Y a estas horas, ¿qué se hace? En medio de esta obscuridad y este silencio que no puedo romper porque hay gente a mi alrededor durmiendo plácidamente, no tienes muchas opciones. Me alumbro con la luz de esta pantalla y me pierdo por estos mundos de la red leyendo. Hoy incluso he decidido contestar en mi muro de Facebook a personas a las que les debía una respuesta. He escrito incluso a un desconocido, he aprovechado para escuchar música, como no. He leído, entre otras cosas que casi todos los días son igual (las estupendas noticias que narran el acontecer diario de este país gobernado por una panda de... ya no se me ocurre como catalogarlos porque se van superando a sí mismos cada día), un estupendo artículo de Wyoming que escribió en Infolibre "Acerca del 23F: somos como niños" cargado de razón y con un final apoteósico por lo  poético y que mira, voy a transcribir aquí porque me ha encantado el mensaje. Poema de León Felipe:

“Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre...
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos."


Y yo añado: Hora de despertar y hacer de esos cuentos un papel que arrojar a la basura.

Podría estar escribiendo sobre la charla que he tenido hoy con el oncólogo pero no me apetece porque al igual que un día salí de la consulta de un médico repitiéndome a mi misma: no te crees ni loco que voy a pasar por eso (y no lo hice ni lo haré), pues hoy he salido por el estilo. Así que estoy rumiando internamente la conversación o mejor dicho, más que rumiarla, estoy dejando que se asiente mentalmente y calmando mi impaciencia, y entonces me la relataré para verla con la perspectiva de ponerla por escrito y poner cierta distancia entre ella y yo. A ver si soy capaz de recolocar en el espacio de mi vida lo que el médico piensa que debo hacer o si por el contrario decido convencerle para que se salte la rutina que sigue con el resto. Bueno, que este es otro cantar que nada tiene que ver con el insomnio ni lo que he estado haciendo para vivir estas horillas ojipláticas.

Entre la musiquilla que he estado escuchando estaba esto. ¿No te gusta?

Mysterious Art - Requiem (Razormaid Mix) 1993