martes, 8 de abril de 2014

Te soñé...

Anoche te soñé. Sin quererlo, o quizás porque lo quiere una parte de mi que no acabo de controlar. De cualquier forma, eras tú solo en aspecto. Porque el soñar es libre y es capaz de construirte lleno de ternura con una pizca que en alguna ocasión se te escapó en alguna mirada o en alguna palabra descontrolada que pronunciaste cuando ya no eras tan dueño de ti. Te soñé y te amé sin miedo porque no eras tú, porque no hacías daño, porque te agarrabas a mi con fuerza, porque no desaparecías. 

Te soñé y te amé un poco más solo porque soñando me amabas.