martes, 24 de diciembre de 2013

Decisionando

Toma palabro!!! Dícese del estado y actividad llevada a cabo en los días previos y futuros a esta entrada. A decir verdad la decisión está ya tomada y dudo mucho que alguien pueda hacerme cambiar de opinión. Lo realmente difícil va a ser comunicársela a algunas personas porque no tengo muchas ganas de dar demasiadas explicaciones y sé que me tocará hacerles entender algo que no querrán entender. Cómo hacerlo? Ni puta idea, solo se me ocurre explicar que no confío en el método aunque el método parezca haber dado resultados. Sólo sé que no quiero más agresiones físicas, que no soporto esas hemorragias nasales que algún día aparecen, ni mis uñas partidas, ni ver con tristeza como se desmadeja mi pelo pese a que aún mantengo una imagen aceptable y creo haber conseguido el remedio para frenar la caída, pero me duele en el alma ver como se ha debilitado, me duele la punzada del pecho cada vez que los descubro por los suelos, engarzados en el peine o resbalárseme entre los dedos. Odio no poder saborear las comidas y la herida que después de cada sesión se aloja en mi lengua por unos días pese a que también he aprendido a curármela y hacer que desaparezca. Odio esta talla 34 que es ajena a mi aunque también se me está quedando ya pequeña. Odio los días de ojos llorosos y la lucha contínua por evitar todo esto porque cuando me miro al espejo me pregunto ¿qué estará pasando dentro de mi? ¿qué otras cosas estarán sucediendo sin que yo sea consciente de ellas? Esta no es la solución, por lo menos a mi no me vale como solución. No puedo hacer un esfuerzo mental de curación si me están envenenando continuamente. Es como construir un muro y amanecer descubriendo que lo han derribado. Y volver a empezar... Esta medicina no funciona porque focalizan, porque no asumen que mi hígado no es un órgano aislado del resto y que no puede funcionar si lo demás no funciona al unísono. Y lo demás es un todo. Lo demás, junto con mi hígado, soy yo misma. De qué me sirve un hígado perfecto si deambulo por el mundo arrastrando pesares. Necesito que me dejen ser yo, recuperar mi estado fisico que es mucho mejor del que ellos imaginan. Necesito volver a ser para que todo encaje como debe, para que mi sistema inmunitario trabaje donde debe hacerlo. Pero como puede hacerlo si vapuleas continuamente mis células...

Esto no es un antojo, para mi es una certeza. Tengo absoluta confianza en mi capacidad, no podría haber dicho esto hace unos meses, pero ahora sí. No me estoy tirando a ninguna piscina. Cada vez son más los oncólogos que abandonan esta medicina porque saben que mata y yo he decidido morir de otra forma y desde luego, no ahora. Sólo necesito que alguien confie en mi, alguien que esté dispuesto a hacer un seguimiento de mi propio trabajo, que me permita trabajar con la dieta, con el ejercicio, con mi cerebro y con todo aquello que sin dañarme me provoca un bienestar físico y psíquico. Podría contar porqué desarrollé esta enfermedad que se fue gestando poco a poco y porqué tuvo su momento de eclosión hace unos meses pero es una confesión reservada para mi misma ya que las razones le deben ser indiferentes a los demás y solo son de importancia vital para mi. Saberlo me permitía sanarme, si sanaba la causa todo lo demás sanaría. Porque esto no es fruto de mi genética, ni fruto del envenenamiento al que nos someten a diario. Todo esto, por suerte, tenía una causa que vivía en mi y entenderlo era el primer paso. Lo demás..., fue llegando por si solo. Lo demás me fue saliendo al paso adoptando formas muy diversas y yo fui aprovechando todo, todito, todo. Son tantas las cosas que he vivido en tan poco tiempo... Son tantas experiencias que a veces incluso han llegado a parecerme venidas de otro mundo, que contarlas me producen cierto reparo por el simple hecho de que sé como las catalogarían algunos y pensarían además que esta decisión es fruto de ese no estar en mis cabales. 

Y de cualquier forma, da igual. En mis cabales o no, es mi vida, mi decisión, mi muerte y mi forma de llegar a ella cuando sea el momento. No pienso dejar que lo acelere nada ni nadie.

¿Acaso esta preciosidad no cura también? Esta canción si que me mata, pero de puro placer.