martes, 17 de diciembre de 2013

Objetivo: Apoptosis

Ese fue siempre el objetivo marcado, el suicidio de aquellas células ajenas a mi. Pese a no saber el cómo en sus inicios siempre defendí la increíble capacidad del cuerpo humano para regenerarse y sanarse, por muy dañado que esté y sólo tenía que averiguar como podía ayudar a mi cuerpo para desempeñar esa función. Porque se puede, porque había gente que lo había conseguido y por lo tanto, yo también lo iba a conseguir, lo supe y lo sé sin que jamás lo haya dudado ni un momento desde que decidí que dedicaría mi tiempo a averiguar el cómo. 

Cinco meses después puedo decir que ya sé como se hace y también puedo decir que no siempre lo cumplo a rajatabla pero es que a veces, también es un placer saltarse las normas. Por ahora, no me importa vivir con esto. Creo que el proceso tiene una finalidad, por lo menos yo, me la he impuesto y no se trata únicamente de la salud física sino de una salud emocional que evitará que esto vuelva a producirse o reproducirse, y quizás por eso, me lo tomo con calma y me dedico a observar como los sentimientos van afectando a mi estado físico. Y es que, he aprendido a conocer mi cuerpo por dentro, algo de lo que jamás me había preocupado viviendo totalmente ajena a él. Nunca más olvidaré que todo lo que hay debajo de la fachada está trabajando para mi, para mi propio bienestar y disfrute del mundo y que dejó de funcionar para avisarme que no estaba viviendo para alcanzar el objetivo del vivir, mi propio objetivo vital.

Hoy si que iba ilusionada a la rutina del hospital. Iba feliz porque era la última del año y comenzarían unas vacaciones muy deseadas por mi. Estaba deseando que me regalaran mi tiempo, el tiempo de la desintoxicación, el tiempo del placer aunque coincida con las navidades que no son el mejor de los placeres para mi, pero es que eso ya era lo de menos, necesitaba el tiempo para centrarme en aquello que más confío. Y como siempre, entré saludando feliz y sonriente al médico antipático que ya tenía en las manos los resultados de la analítica del día anterior y bueno, en ese aspecto yo tenía ciertas dudas porque no habia estado muy centrada últimamente, sin embargo, no me había sentado aún cuando le oí decir: MUY BIEN. Qué novedad!!! pensé, por una vez pone énfasis y alegría al muy bien. Y es que... siempre mejoran los análisis. Otro índice hepático más que estaba ya en los límites normales. Ya sólo quedan dos y siguen evolucionando fenomenal. A lo único que yo le puse un pero, y esta vez fui yo,  fue a los niveles de neutrófilos que habían bajado un poco pero para sorprenderme un poco más hoy el médico, me dijo: están estupendamente. Tienes un hemograma mejor que el de muchas personas sanas. Así que... podíamos pedir más? Pues si. Él quería que volviera el 7 de enero y le he pedido una semana más para retomar esto el 14. Y ya, me frunció el ceño y volvió a ser el de siempre. Nos saltamos dos semanas, dice. Ya lo sé, en una ocasión nos tuvimos que saltar una por la caída drástica de los neutrófilos. Me voy a cuidar mucho, de verdad. Le dije con el ruego en los ojos. Y claro, él no entendía nada pero yo tenía una razón de peso que me estaba pidiendo que le explicara y bueno, de la mejor manera posible se lo he tenido que explicar y creo que lo ha entendido porque me sonrió y yo conseguí volver el 14. Y ya está, todo organizado como yo esperaba, todo como yo deseaba. Si es que no puedo quejarme de nada!!!!


Además, tengo otra ilusión. No me había decidido a mirar nada sobre el Centro que me había dicho para participar en algún programa específico para mis dolencias que no son tal,  pero la otra noche, en un ataque de insomnio inesperado o en un impulso que surgió quien sabe donde, como los que tengo últimamente y que me han dado tantos momentos felices, me levanté de madrugada y decidí buscar información. Y desde ese momento, no tuve ninguna duda porque el Centro, los medios y sobre todo, la forma de abordar el tema, mucho más personalizada, no podía ser mejor. Y ya, para rizar el rizo, hay una persona conocida que se ha tratado allí y que está buscándome un contacto para no ir a ciegas. Pensar en librarme de la química es todo un aliciente para mi y caer en las mejores manos, también. Así que..., sin lugar a dudas: NO PUEDO PEDIR MÁS.

Y mañana... tengo una comida con un amigo que hace meses y meses que no veo, que está deseando verme y yo, la verdad, también. Que siempre le he tenido un cariño muy especial, que crecimos juntos en el trabajo cuando éramos ciertamente jóvenes e hicimos grandes cosas entre los dos, que me sacaba de quicio cuando estábamos juntos ante una pantalla (que era bastante a menudo) y él no paraba de mover la pierna hasta el punto de mover mi propia silla y alterar mis nervios que ya acumulaban bastante histeria de por si. Un recuerdo que siempre me saca una sonrisa cuando me viene a la mente. Un amigo de esos que sabes que siempre estará, pase lo que pase, que siempre se ofrece a ayudarme en lo que sea aunque tenga que faltar al trabajo y del que no he recibido más que cariño desde hace ya más de una veintena de años. Un encanto de esos que tengo la suerte de que siga a mi lado con el paso de los años. Mañana toca..., disfrutar!!!