lunes, 26 de marzo de 2012

Sobre lo que fui

Entender que uno ha vivido una vida equivocada es algo que está bien si el entendimiento llega a tiempo de enmendar el error. Sin ser consciente de ello, he vivido reaccionando ante todo aquello que se presentaba en mi camino sin coger el toro por los cuernos, sin darme un respiro para pensar si lo que tenía era lo que quería, si lo que permitía, era lo que deseaba. Tan solo se sucedían los días y yo, con ellos. Dejándome arrastrar por el hábito, por los acontecimientos, se fue gestando una vida a mi alrededor más llena de errores que de aciertos. Si algo bueno hubo, acabó sucumbiendo ante la insatisfacción que me iban produciendo tantas otras cosas que acontecían a diario dejando el poso amargo que iba tiñendo mi ser con el paso del tiempo. Pese a tener claro que no era esa la vida que quería vivir, que esperaba mucho más de este paseo vital, me adapté como pude a lo que acontecía como asumiendo que la historia ya estaba escrita, que era la que tenía que vivir y que tan solo, podía minimizar el impacto. Dejé un hueco para el fracaso, le hice sitio a la decepción, sonreía tristemente ante la ilusión y mi paso se fue tornando pesado y agotado. Hice que el miedo me impidiera disfrutar de algunos placeres y acabé siendo víctima de un estado de destrucción que hizo añicos cuanto había de bueno y de malo en mi.

Por un tiempo me sentí desmembrada, sin capacidad alguna de análisis. Tan solo me permitía respirar y a veces, hasta eso suponía un gran esfuerzo. Mirar más allá de la realidad, escarbar en las profundidades de mi yo, buscándome. Preguntarle a mi corazón qué era lo que de verdad quería, lo que sinceramente deseaba para mi, fue una labor que me llevó su tiempo. Aparté caprichos y me centré en deseos, en los que eran vitales, aquellos que deberían convertirse en un fin. Y descubrí que para llegar a ellos había que abandonar muchas cosas pero sobre todo, debía hacer uso de mis sentidos de forma muy distinta a como lo había estado haciendo. Principalmente mis ojos, se adaptaron a una forma distinta de mirar.

REM - Imitation Of Life (2001)