domingo, 9 de marzo de 2014

Quien



Quien fue.
Quien estremecía mi alma.
La invisible caricia
que en días me acompañaba.
La que erizaba mi piel
y me paralizaba
para dejarte hacer,
para que no te marcharas.

Quien fue.
Quien a diario venía
como fantasma.
Quien acariciaba mi pelo
en la soledad de mi almohada.


Quien fue
el que vino
para dejarme abandonada.

*  *  *

No hace mucho, durante un tiempo, sentí una presencia extraña. Sensaciones que se repetían a diario en cualquier rincón de mi casa. Cuando me sentaba para dedicarme un poco de tiempo,  cuando a la noche me iba a la cama o cuando amanecía un nuevo día. Pero todos los días estaba ahí y yo me sentía acompañada. No lo esperaba. Aparecía por sorpresa y cuando ocurría, me quedaba quieta, se me erizaba hasta el pensamiento. Era como una caricia venida de quien sabe donde que se paseaba por mi cara o mi cabeza. Y yo cerraba los ojos y deseaba que se quedara. Era un instante de paz que se convirtió en placer con los días. Pero se fue. Y lo echo de menos.