sábado, 27 de abril de 2013

Aficiones, placeres y particularmente Dalí

Estaba pensando que no sabía muy bien porqué había abandonado ciertas aficiones que entre otras cosas, hacían más agradables mis días, pero lo cierto es que sí que lo sé. Se me cruzó la maternidad por el camino y "mi" tiempo quedó reducido a la mínima expresión. 

Time Of Changes. Ahora que se avecina un nuevo momento va siendo hora de retomar prácticas placenteras y entre ellas está el paseo por galerías y museos. Cuantas veces habré traspasado los lienzos para perderme en paisajes de otros que hice míos o se me llenaron los ojos de sueños contemplando.



¿Cuantas veces me perdí en la extravagancia de Dalí? Tantas como pude y más. En mi casa solía tener láminas suyas en las paredes o sobre el escritorio, libros sobre su obra que hojeaba para ojear y descubrir. Y por verle, hasta hice un viaje cuasi temático sobre él. Le contemplé en su propio museo en Figueras, que si bien una no sabe muy bien si considerarlo digno de su obra (y esto ya es por pura admiración de la misma), lo cierto es que el museo tiene sin duda un toque daliniano que lo hace especialmente hermoso en cuanto a estructura y en cuanto a la presentación de su obra que llega a sorprender. Me paseé además por los alrededores de su casa de paredes blancas en Cadaqués (que no se podía visitar) y descansé en la cala que tiene a sus pies pensando que en algún momento, él debió de ocupar mi lugar. En Cadaqués se te pintan los ojos de luz y entiendes la paleta de colores del pintor como la única posible.

Le descubrí también en un pequeño museo de arte contemporáneo en Vilafamés, un pueblecito de Castellón, donde creo que no tenía obra alguna expuesta sobre él, pero dada la costumbre de pasearme siempre por la tienda de los museos en donde he comprado casi todo lo que tengo sobre arte, compré una reproducción de su Muchacha en la ventana y desde entonces, siempre he tenido una ventana abierta al mar azul en los salones de las casas que he habitado.

Y todo este rememorar viene a cuento porque el Reina Sofía tiene una nueva exposición sobre él.  Y puesto que volvemos a la ciudad del ruido con idea de no dejarme engullir por el gris del asfalto ni por la crispación del ambiente, voy a retomar la afición de abstraerme de la ciudad y vagar entre lienzos. Una dosis de placer para los sentidos. Y ya puestos, dejaré por aquí alguno de esos cuadros o artistas que más me apasionan. Y hoy le ha tocado a él.

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