Cuando el pasado verano comenzó mi deambular por esta nueva vida y sin tener muy claro lo que me iba a deparar, quise tener algo conmigo que me acompañara, que me recordara siempre lo que estaba viviendo. Yo he sido siempre muy aficionada a dar valor a los minerales, a tener colgantes que de alguna forma les insuflaba de un significado personal y que me gustaba llevar pegados a mi piel. A lo largo de mi vida me he comprado unos cuantos y a veces me gusta llevarlos conmigo. En una ocasión me compré una piedra muy simple que tenía incrustado un yin y yang que me entró por los ojos no sé muy bien porqué. Lo he perdido, lo he buscado mil veces por casa porque he tenido momentos en los que he sentido la necesidad de llevarlo colgado, pero creo que un día lo cogí para buscarle un nuevo cordón de cuero y ya no sé donde está. Esta afición que a veces parece necesidad hizo que me plantara un día delante del escaparate de una tienda que vendía colgantes y me dije: déjate llevar por la intuición y elige. Cuando entré a comprarlo, la chica que me lo vendió me dijo que tenía incrustaciones de orgonita y que protegía de las radiaciones electromagnéticas, algo que a mi me resultaba indiferente en cuanto a que no era esa la finalidad que yo le había asignado al colgante. Pero no me dijo nada del Cho Ku Rei dorado que era el protagonista del colgante y quizás lo que me atrajo hacia ese en particular, ni yo tenía ni idea en ese momento de lo que era ese símbolo y cual era su significado.
El Cho Ku Rei es el símbolo de la energía. Uno de los primeros símbolos utilizados en el Usui Reiki. Es además un símbolo protector y potenciador. Cuando lo dibujas en una zona determinada estás concentrando más energía sobre ese punto en particular y puedes asi potenciar el poder de sanación tanto físico como emocional. Aunque puedes imaginarlo con los colores de cada chakra en especial dependiendo de en qué zona lo dibujes, su color preferente es el dorado, color de la protección. Cuando empecé a practicar el Reiki, no era consciente de que llevaba un Cho Ku Rei conmigo, ni siquiera cuando di mi primer curso de Reiki ya que los símbolos no se utilizan hasta el segundo nivel y me eran un poco ajenos. Sabía, porque lo había visto en las prácticas, que algunas amigas hacían dibujos sobre sus manos o sobre las personas a las que daban reiki para empezar o terminar las sesiones y ese verles trazar en el aire formas sin sentido fue lo que me llevó a buscar más información y a descubrir que ese colgante que a mi me gustaba acariciar y al que me agarraba muchas veces, tenía más sentido del que yo imaginaba. Y una vez más descubrí que en la intuición se esconde la verdad.
Aunque aún no he hecho mi segundo nivel de reiki, muchas veces dibujo ese Cho Ku Rei sobre mi cuerpo en mis sesiones diarias que cada día me gustan más. Pero lo que más me gusta es haber elegido de entre todos los colgantes posibles, justo el que tenía que ser en ese momento.